Ritmos y raices panameñas ballet folklorico

Una danza rítmica con elementos españoles y africanos originaria de Cuba
Estos géneros musicales han inspirado diversos bailes de salón de influencia latina, como la rumba, el chachachá, el bolero, el pasodoble y la salsa. Otras diferencias no son tan evidentes. El baile moderno es una expresión que engloba todos los tipos de baile que no entran en las categorías de bailes de salón, estándar, internacional y dancesport. El hombre permanece inmóvil mientras la mujer baila.
Para estilos de danza vernácula más antiguos y más orientados a una región, véase Lista de danzas étnicas, regionales y folclóricas por origen. Hoy en día, la kizomba está conquistando los corazones y las mentes de la juventud moderna. frente a frente. Bailes estándar El merengue se originó en la República Dominicana (es el baile nacional) y Haití, con sus ritmos influidos por distintas raíces venezolanas y afrocubanas. Los bailarines se mueven de lado a lado siguiendo un patrón de cuatro tiempos: tres pasos a un lado seguidos de una pausa, que constituye la esencia de la Bachata, ya que los bailarines incorporan pronunciados movimientos de cadera. Existen varios estilos diferentes de salsa influidos por las culturas de las ciudades en las que se originaron. ¡Descúbrelo todo sobre el Krumping, el Voguing y el Whacking! La Bomba es uno de los bailes y estilos musicales tradicionales de Puerto Rico, que surgió en la intersección de las culturas africana y española y la cultura indígena de los nativos taínos. Los mitotes se basaban tanto en la acción dramática española, que incluía largas secciones de diálogo, como en la tradición india azteca y chichimeca de utilizar bandas divididas de enemigos para representar el tema central de la batalla. Aparte de la forma física, ¿cuál de los siguientes aspectos puede desarrollarse si uno participa en actividades de baile social? dancesport. Sin embargo, los bailes estándar prohíben cualquier tipo de elevación en cualquier momento, incluso en el Quickstep. En los bailes latinos no hay subidas ni bajadas, pero
Tamborito
La Danza del Congo de Panamá es la manifestación folclórica más singular y colorida de la provincia de Colón. La danza tiene sus raíces en África y llegó a Panamá a través de antiguos esclavos fugitivos conocidos como "Cimarrones". La danza se ha transmitido de generación en generación, y hoy puede verse en la provincia de Colón, en pueblos costeros como Portobello (a 1 ½ horas de Ciudad de Panamá), donde el legado afropanameño sigue muy vivo.
El Congo no es sólo un baile, sino también una forma de expresión mediante la cual los "cimarrones" transmiten sus sentimientos de rabia, dolor y alegría. También era una forma de fortalecer su espíritu. La danza cuenta una historia, ya que los personajes representan una lucha con el diablo, que se dice que anda suelto durante el Carnaval. Al final los salva la "Reina Conga", ayudada por "Pajarito" y "Juan de Dios". La Danza del Congo representa una fusión entre la religión católica y la cultura africana.
Las mujeres bailan contoneando las caderas de forma casi erótica, utilizando las manos y los pies para marcar los límites del hombre. Llevan una falda larga hecha con un patchwork de telas de colores muy vivos, una blusa con collares de volantes de colores, flores en el pelo y los pies descalzos. Los hombres llevan camisa y pantalones con flecos (hechos de tiras de tela de colores), máscaras y pies descalzos y bailan alrededor de las mujeres, haciendo todo lo posible por acercarse y besarlas. El ritmo de los tambores, los cantos y los aplausos invitan a todos los presentes a participar en el Congo.
Música de Panamá
El Tamborito es un género de música y danza folclórica panameña que data del siglo XVII. Asimismo, es el género típico de la costa norte del Pacífico colombiano, en la zona del departamento del Chocó[1][2][3] El Tamborito es el canto y baile nacional de Panamá. Es un baile romántico, de pareja, en el que suele participar un pequeño conjunto de percusión y, en todas sus versiones, un coro femenino. El Tamborito se interpreta con trajes formales ante un público numeroso e interactivo que forma un gran círculo alrededor de los intérpretes. El Tamborito se interpreta sobre todo en los festivales panameños y, en particular, en el Carnaval de Panamá.
El Tamborito es un derivado de la danza mestiza y de la música folclórica, cuya melodía se remonta al siglo XVII. Este género de música folclórica es una mezcla híbrida de las culturas española, amerindia y africana. El ritmo del Tamborito es de influencia africana, las letras tienden a ser repetitivas y, como en la música vocal de África Occidental, también incorporan comentarios populares[5]. El Tamborito más famoso de Panamá fue escrito en 1918 por Juan Pastor Peredes, musicalizado por Carmen Lagnon, titulado El tambor de la alegría[6].
Tamborito Panamá
En su nuevo disco Panama 500, el hijo predilecto de Mack Avenue, Danilo Pérez, añade su voz a los homenajes con un impresionante retrato de su tierra natal, su historia, su rica cultura y sus feroces luchas.
Panamá 500 es el proyecto más ambicioso de Pérez hasta la fecha, la mayor evolución hasta ahora de lo que el pianista/compositor llama "música tridimensional". Su mezcla de influencias lo convierte en el cronista musical ideal de la historia de su país: ya puente terrestre entre las Américas con una vibrante cultura indígena, Panamá también empezó a absorber la cultura europea en la suya propia tras la llegada de Balboa. De forma similar, Pérez entrelaza el jazz y las tradiciones folclóricas panamericanas con influencias de la música clásica europea.
"Llevo años trabajando para hacer música que tenga una identidad muy similar al papel que desempeña Panamá en el mundo", dice Pérez. "Es un lugar donde confluyen muchas influencias de todo el mundo".
Pérez se refiere a la llegada de Balboa como un "redescubrimiento", una palabra que resume sucintamente tanto la importancia de su logro como la controversia inherente a la colonización europea. A medida que recorre la evolución de Panamá a lo largo de los 12 temas de Panamá 500, da voz literal a los indígenas Guna de Panamá, que narran intermitentemente para aportar su propia perspectiva sobre esa historia.